viernes, 13 de diciembre de 2013

1994

Es cierto. En Venezuela, uno revisa el archivo de cuentos de la cripta y se encuentra con otras historias de horror monetario.

1994 no fue solo un mal año para la música, sino que fue un pésimo año para la economía Venezolana. En Enero de aquel año, las autoridades de regulación bancaria decidieron intervenir el Banco Latino. El Banco Latino era para la época, el segundo banco más grande del sistema financiero. Lo que vino después ya lo sabemos: Venezuela se sumergió en un período de alta inestabilidad, incluyendo varias olas de corridas contra los bancos y el bolívar. El saldo final fue de 75 instituciones financieras intervenidas y el 55% de los depósitos totales del sistema en bancos cerrados o estatizados. En aquella época las largas colas eran de ahorristas tratando de recuperar el fruto de su trabajo en la puerta de un banco cerrado.

Al final de esta triste historia, la crisis bancaria de 1994-1995 tuvo un costo aproximado de 13% del PIB. Además, en medio de una típica crisis gemela, el BCV quemó 45% de las reservas internacionales en un intento vano por defender el régimen cambiario de micro devaluaciones diarias (crawling peg), un régimen que finalmente tuvo que ser abandonado a favor de un régimen de tipo de cambio fijo con control de cambios, tasas de interés y precios -luego de una devaluación de 63%-. Por su costo, y este dato es importante mantenerlo en la memoria, la crisis bancaria del 94 está catalogada como uno de los episodios más fuertes y virulentos en su tipo en la historia económica del mundo contemporáneo.




La información contextual es relevante porque, durante la crisis bancaria de 1994, Venezuela experimentó un episodio de horror monetario similar al que estamos viviendo a finales de 2013. En aquella época, el Banco Central de Venezuela, se vio obligado por una situación de emergencia excepcional -la caída abrupta de la mitad del sistema bancario local- a extender un instrumento de crédito a favor de una Institución del sector público - FOGADE -. Con esta decisión, el BCV pasó a financiar, con emisión inorgánica de dinero, el costo los llamados Auxilios Financieros. La decisión del gobierno de aquel entonces, fue la de devolverle los ahorros a los venezolanos afectados por la crisis bancaria, poniendo para ello a funcionar la maquina de hacer billetes que está en los sótanos de la Esq. Carmelitas.

Hasta aquí el lector atento se habrá dado cuenta de que, aunque las motivaciones fueron muy distintas -y quizás se puede argumentar que fueron más legítimas las de 1994-, el esquema fue el mismo: El BCV, a través de un instrumento de crédito, emite dinero inorgánico para financiar necesidades de otra parte del sector público, lo cual es exactamente lo que hace en este momento con el actual Pagaré de PDVSA. Fin de las similitudes entre 1994 y 2013.

Ahora vamos con las diferencias, que resultan aun más reveladoras. En primer lugar, diferencias de orden de magnitud: En 1994, el BCV terminó por otorgar créditos a favor de FOGADE por aproximadamente Bs. 800 mil millones de los viejos, lo cual puesto en contexto, significó un poco más o menos 9% del PIB de ese año. En 2013, sin tener certeza sobre las cifras exactas del Pagaré de PDVSA, gracias a la rabiosa opacidad que decidió tener el BCV con sus cifras monetarias, el BCV podría cerrar el año otorgando financiamiento monetario a PDVSA por una cifra alrededor del 18% del PIB. ¿Se entendió? El costo actual de la política de financiamiento monetario del déficit fiscal es el doble -D-O-B-L-E- de lo que le costó al BCV salvar a la economía de la quiebra de la mitad de sus sistema bancario en 1994.

La segunda gran diferencia, y no es menor, es que el BCV en 1994 era una Institución, si bien no completamente independiente, al menos no arrodillada a los designios del Ejecutivo. Así que a partir de mediados de 1994 y hasta 1996, simultáneamente con su política de financiamiento monetario de los Auxilios Financieros, el BCV llevó a cabo una agresiva política de contracción monetaria, para drenar la liquidez excedente del sistema, a través de Operaciones de Mercado Abierto colocando títulos de emisión propia (Cero Cupón y TEMs). Esta política, se sabe, fue costosa y criticada en varios aspectos, pero no cabe duda que contrarrestó, al menos parcialmente, el enorme desequilibrio monetario causado por los auxilios financieros.

En suma: Una política más irresponsable y un BCV más pasivo. Siempre he tenido la sensación que la actual política monetaria es como esas fiestas que unos sabe que ineluctablemente terminará a botellazos, sillas volando y gente llorando.

martes, 10 de diciembre de 2013

La Guerra Económica: Update

Interrumpimos sus labores cotidianas para dar un nuevo parte de la guerra económica. Luego de insistentes rumores sobre una ampliación del Pagaré de PDVSA, para cubrir las contribuciones fiscales (incluyendo las utilidades del cierre de ejercicio) de la petrolera con el Gobierno, el Banco Central de Venezuela publicó -con algo de retraso- la base monetaria del cierre de Noviembre 2013. Este parte de guerra trae dos novedades: la primera, es que la Base Monetaria creció a una tasa de 8,2% en apenas una semana -un misil inflacionario contra el valor del bolívar-, con lo cuál acumula un crecimiento de 50% en las últimas seis semanas (se lee cincuenta por ciento) (!). Lo anterior pareciera evidencia de que los rumores referidos son ciertos. La segunda, es que en realidad no será posible confirmar la primera novedad, porque el BCV, en un arrebato de opacidad, decidió dejar de publicar a partir de esta semana las llamadas "fuentes" de la base monetaria, que no son otra cosa que los asientos contables que le permiten al público general saber cuál es el origen de la debacle monetaria que estamos observando. 

Fallan las palabras para señalar lo grave que resulta que el país continúe en esta trayectoria. 

Fin del reporte, todos de vuelta a sus labores cotidianas. 

viernes, 6 de diciembre de 2013

La Guerra Económica: Anatomía del último ataque


La verdad sea dicha: El tema resulta árido. Por más que uno lo intente, es extremadamente difícil traducir en palabras el sentido de urgencia que produce el tremendo desbarajuste monetario que se está creando en Venezuela. Una política fiscal irresponsable, convalidada obsecuentemente por un Banco Central aun más irresponsable, suena a veces como un tema demasiado abstracto, demasiado lejano. Pero no lo es, y voy a mostrar un buen ejemplo.

Lo cierto es que el grado de desequilibrio monetario observado en las últimas semanas es un despropósito de magnitudes épicas que tendrá, que duda cabe, graves consecuencias económicas y sociales. Lo cierto es que, en esta guerra económica, las bajas provendrán de las filas de los que no tienen como protegerse del huracán inflacionario. Las bajas provendrán de los que menos tienen.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Trescientosveinte

Soy economista y me declaro bastante incompetente en materia de tecnicismos legales. Pero con toda la discusión reciente, me entró una duda fundamental. Así que me levanté y desempolvé mi viejo ejemplar de la mejor Constitución del Mundo, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Y ahí estaba, sólido, sin resquicios que dieran lugar a dobles interpretaciones, el Artículo 320 de la CRBV que dice:


Art. 320...En el ejercicio de sus funciones el Banco Central de Venezuela no estará subordinado a directivas del Poder Ejecutivo y no podrá convalidar o financiar políticas fiscales deficitarias...
Pero no soy abogado, y estoy muy consciente de que nuestros problemas hace mucho tiempo dejaron de ser de carácter legal. Sin embargo, me grabé ese número...trescientosveinte

Sigo con lo mío.